Eva,
isla de olvidos, rodeada de náufragos fantasmas, anclada en soledades tu
velamen —bandera aún no izada—, hace tiempo ardes a orillas de un mundo que no
reconoces como suyo; nada más atajas en tu ser deseos que has tenido de ir tras
el Sol y los ciclos de la Luna…
Eva,
imparable crezca tu cintura, des a luz mil veces a la hembra y al amor.
Ana Lucía Montoya Rendón
febrero
7, 2016
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