"DIVINOS”
Cada apellido es un país, es una bandera, un escudo, un
himno, una nación, un territorio, una frontera. Cada apellido de cada ser
humano se enfrenta con uñas y dientes dentro de sí mismo con sus otros
apellidos. Muchos querrían que por sus venas corriera oro, no sangre. Cada
apellido es un pueblo, para bien o para mal, con mismo ADN, para bien o para
mal, con alas bicolores (blancas y negras, de ángel y demonio); cada apellido
tiene manos, cada una con un solo dedo, el índice, para señalar el "ocaso
de los dioses de los otros". Cada apellido es una voz que viene de otros
mundos para gritar que los males que acontecen aquí y ahora y siempre, los
construyeron "otros".
Cada apellido se cree un sol, el día, el amo, un dios; cada
apellido dice que la luna y la oscuridad son los otros, los sumisos.
No hay forma de reconocernos en el semblante del otro. Todo
lo que se diga en este sentido simpre se tildará de incoherencias.
Ana Lucía Montoya Rendón
nov 21, 2015
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