—“Espejito, espejito”, ¿quién es…?
—¿Quién?
Muchos podrán relatar lo que aún
no ha ocurrido y posiblemente no ocurra y, audaces, escribirlo sobre líneas
difusas, exponerlo sobre el lomo del Universo o acomodarlo sobre un gran cuerpo
humano compuesto de células parecidas a cuerpo humano y olvidos, bajo una luz
que ciega. Muchos podrán poetizar el día y acallar sus ardores (de ellos, pues
el día y la noche, entes vivos, son fuego en sí), contra el filo de sus bordes
desnudos —fronteras puritanas que cercenan con voces de cristales finos—; así,
muchos podríamos creer que la quietud del espacio que habitamos, nos habita,
sorprende y, eleva nuestros cuerpos-célula sobre otros cuerpos idénticos, sin
rozarlos, solo agitarlos como las olas a la barca que mecen… así, muchos nos extasiamos
desde hace tiempo al escuchar la propia voz… ¡muchos, muchos!
Ana Lucía Montoya Rendón
feb 27, 2016
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