nada... nada... así...

explícame tu voz

desmenuza tu acento

dibújame tu alma

concrétame los que ves allá

vacíate... vacíate

almr.-


Tiemblo de dicha ante todas las imágenes de la Matria, me arroba lo bendito de su vientre... Patria... Patria... es duda... es una palabra continente de himnos, escudos, banderas y arrodillados... y desmanes. La Madre no quiere siervos sino libertades... la Madre es la Nación, es carne y huesos, y mamas llenitas de miel y leche, tiene llanto de alegría y miradas de ternura.

Almr.-

sustantivo abstracto: Inteligencia…

muy abstracto: Riqueza…

y más que abstracto… Valores

gracioso significado de inteligencia concreta = $

el más universal y concreto de los sustantivos: Pobreza.

Almr.-


viernes, 11 de marzo de 2016

DESDE LA TIERRA







Hace tiempo me esperan el río, sus orillas y un canto jubiloso de azulejos y gorriones. Desde hace tiempo conocieron ellos las espaldas de mis sueños y el palpitar desnudo de mi pecho. Hoy está abrasada mi cintura y tropeles de recuerdos ahogan de gritos mi garganta.



Desde hace muchos amaneceres la neblina de las faldas de la Cordillera de los Andes cobijó mis embelesos y caprichos. Sí… Hace tanto tiempo hubo una niña contemplando el fuego y algunas veces, un hombre junto a él, sentado en un banco bajito, pelando plátanos y yucas mientras hervía el caldo de carne, perfumado de cebollas y cilantro cimarrón, para cuidar a su amada  y a sus hijos… Mientras la madre hacía arepas de maíz, la niña jugaba a amasar mil veces un trocito que, finalmente, ya no sería blanco sino oscuro de tanto tizne y de la mugre de aquellas manos pequeñitas… ¡hace tanto, tanto tiempo!



Hoy me miro como siempre, fundida con el verde y los trinos, con el azul y la bruma, con el rocío y el crepitar perfumado de la leña seca, con las mariposas nocturnas y las velas. Hoy, como tantas otras veces, regresa el tintineo de las gotas de lluvia sobre el techo de zinc de la elda tibia, donde las almendras de café perdían su humedad a favor del paladar de tantos —qué manera dulce de morir de amor—.



Hoy, en estas fracciones de segundos, sé que ese entorno acarició a la niña, estimuló a la mujer, formó a la madre y las juntó, para prolongar hasta el infinito, las huellas de la hembra.



Hoy el alma tiene nostalgias de pasto húmedo, de café tostado y de las manos de la madre peinando los cabellos de la niña, para hacerle trenzas.



Ana Lucía Montoya Rendón

enero 31, 2016

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