Ayer o… ¿siempre? un ser y una voz danzaron
en el valle; esos dos con la Armonía fueron tres divinos y casi inaudibles
hilos de sonidos extraordinarios. Sus acordes animaron de dicha al Infinito
que, permitió la conjunción de lo vivo, lo nulo y lo abisal insondable dentro
de nosotros; y yo, ¡me fui con ellos…! me fui de añoranzas a no sé dónde, de la
mano de aquellas notas.
Ana Lucía Montoya Rendón
marzo 20, 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Bienvenida aquí, tu huella.