imposible dar el salto…
no cabemos en la misma cama
menos dentro de nosotros mismos
se agranda el ego y el vestido cada vez se
hace más chico
prohibido quedarse o irse
las fronteras son cadenas en las alas de
todas las palomas
prohibido orar o blasfemar…
en el pecho del sufriente hay un libro
prohibido
código de sangre y horror que a todos
esclaviza
arrodillados como estamos hagamos un último
intento
molamos la palabra prohibido hasta volverla
harina
mezclémosla con agua para convertirla en
pan…
con pan
agua y amor
quizás podremos cebar al menos
un día soleado
Ana Lucía Montoya Rendón
marzo 21, 2016
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