“¡Todas las cosas vienen a ninguna parte!
¡Cuán vasto, qué invisible... no hay forma de explicarlo!”.
EL GOZO PERFECTO,
según CHUANG-TSE, hacia fines del siglo IV y comienzos del II a.C.
... ... ...
Mi comentario y poema de hace dos y tres
años, respectivamente :
Difícil estar en ese punto divino que es el
punto cero o de origen, punto negro/blanco, de Luz/Amor o de equilibrio, o de
limbo. Nombrado de tantas maneras por todos y habitado por casi ninguno de
nosotros. Solo allí podremos ser el mismo “gozo perfecto” tan perfectamente
expresado en el texto del sabio Chuang – Tze, que nos has compartido.
(https://www.facebook.com/221104711261137/photos/a.224944117543863.54252.221104711261137/601125009925770/?type=3)
Soltar, dejarse ir, largar todo y largar
nada. Solo eso, fundirse en y con el viento, ser él, con él, durante el día,
durante la noche, durante siempre, durante nunca; saber sin saber que hay Ser,
que se es Ser, que ese Ser es y no es.
Estamos en ese balanceo entre hechos y palabras,
en medio de luces y de sombras. Tema recurrente que tanto permea nuestro
lenguaje diario porque el mismo uso de los nombres encasilla toda nuestra
existencia y la de los otros Todo/Uno. La costumbre de usar nombres para
“identificar” a los seres es camisa de fuerza que exige “mirar” a la acción
como medio único para “comprender” ésta y otras dimensiones.
Comparto un poco de mis “ninguna parte”
nada puros como son los del Maestro Cuang-Tze:
NO HAY NINGUNA PARTE
late el corazón en las esquinas
esperando ver el contraste del absurdo
y lo concreto de los bordes
salta el corazón la barda
para enfrentarse cara a cara ante el abismo
cree que en la caída hay un ángel
que le ofrece al menos su sonrisa
y el abrazo flaco de sí mismo
salen los sueños de los lechos
para volverse peregrinos del mañana
asaltan los demonios la alborada
para confundir luces y sombras
y regresan tan tristes al mundo de ninguna
parte
ana lucía montoya rendón
noviembre 2012
.
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