El mal actuar del mundo entero es producto de
la mala calidad moral de sus individuos... todos hemos mutado las buenas
costumbres, la cortesía y el respeto hacia todos los seres por mansedumbre o
violencia.
De alguna manera, hoy, en el alma humana, hay
una escabrosa brecha abierta, nos dejamos manipular y repartir en bandos, hemos
dejado que otros nos inyecten sus iras, sus odios y desencantos, sus desesperanzas;
hemos dejado que nos muevan del piso, ya no somos nosotros mismos, solo somos y
sentimos lo que quieren que seamos y sintamos aquellos que tienen la sartén por
el mango.
Ana Lucía Montoya Rendón
Mayo 30, 2015
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