nada... nada... así...

explícame tu voz

desmenuza tu acento

dibújame tu alma

concrétame los que ves allá

vacíate... vacíate

almr.-


Tiemblo de dicha ante todas las imágenes de la Matria, me arroba lo bendito de su vientre... Patria... Patria... es duda... es una palabra continente de himnos, escudos, banderas y arrodillados... y desmanes. La Madre no quiere siervos sino libertades... la Madre es la Nación, es carne y huesos, y mamas llenitas de miel y leche, tiene llanto de alegría y miradas de ternura.

Almr.-

sustantivo abstracto: Inteligencia…

muy abstracto: Riqueza…

y más que abstracto… Valores

gracioso significado de inteligencia concreta = $

el más universal y concreto de los sustantivos: Pobreza.

Almr.-


lunes, 10 de agosto de 2015

COMO NOSOTROS, ¿QUIÉN?



Hablo, pero, ¿se nota que hablo? ¿Notarán que hablo? O solo se inflan los bordes de mi ego cuando a contraluz me observo y extasío en mí, tal como lo hacen los demás. Todos mirándonos en un mismo espejo, repitiéndonos en los rostros de los otros porque somos en conjunto una reserva natural de egos flotando sobre sí mismos, un parque natural que se multiplica en la óptica de los demás, sin embargo, para fortuna del mundo, quedan algunos especímenes  encuevados que les importa un cero mayúsculo que se sepa algo de ellos, en cambio esos otros y yo, somos de los que pagamos por una sola mirada aunque sea nuestra. Sí, somos capaces de pagar nuestra propia adoración. Es por eso que cuando se infla nuestro ego creemos que a toda hora nos están mirando y, si somos mujeres, nos tocamos el escote y rozamos el borde de la falda para comprobar que está en el largo que induzca los ojos ajenos a ese lugar, alisamos la falda sobre nuestras caderas para que el volumen de nuestras siluetas se distinga desde lejos, ponemos la boca en posición de beso y la mirada como que no conoce malicia ni picardía de lo inocente que es; y qué decir de los hombres, ellos, como al descuido, de perfil miran su hombría en las vidrieras, pulen sus uñas con cuidado, acomodan su peinado aunque sea con las manos, limpian cada uno de sus zapatos aunque sea con la parte trasera de la bota contraria de sus pantalones, tosen y tosen para escuchar que tan grave es su acento  y comprueban la calidad de su aliento arrojándolo en la coquita de las manos para luego respirarlo; esto solo por detallar un mínimo de lo que hacemos unas y otros para atraer a los demás. Cuando creemos que la fachada está lista, hablamos y hablamos, arengamos en mil tonos de todos los temas: por ejemplo, garantizamos que somos los mejores amantes, los más sensuales, los eróticos por excelencia, o los políticos más decentes, cuando hablamos, si de religión, nos mostramos los más virtuosos, si de ciencia somos los especialistas, si de Arte pues que somos consanguíneos con las musas, si de sabiduría los más filósofos; somos siempre los más de lo más más. Somos el vasito de agua fresca del desierto. Nadie como nosotros. Nadie.

Ana Lucía Montoya Rendón
Agosto 10, 2015

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